Reseña de FINAL FANTASY XIII-2

Final Fantasy XIII fue, sin lugar a dudas, una de las entregas más polémicas de la emblemática saga de JRPGs de Square Enix. Creando grandes expectativas por ser el primer juego de la franquicia en HD, sembró críticas negativas por su nueva aproximación al género. Final Fantasy XIII-2 es una secuela nacida para corregir esos errores.¿Lo conseguirá?


La aparición de un nuevo título de la rama principal de Final Fantasy siempre es un acontecimiento, más cuando es el primero para una nueva generación de consolas y se convierte en el que más tiempo de desarrollo ha necesitado. Sin embargo, cuando Final Fantasy XIII salió a la venta, muchos renegaron del giro dado en la jugabilidad de la saga, dirigiéndose sin disimulo al género del dungeon-crawler, centrándose especialmente en el combate y la historia, dejando de lado otros elementos como la libre exploración.

Como todos los juegos, la decimotercera entrega de Final Fantasy tenía sus virtudes y sus defectos, pero la gente se cebó especialmente con el diseño de los mapas, excesivamente lineal; un sistema de combate que entusiasmó a muchos y defraudó a otros tantos o la escasez de aventuras secundarias, que se limitaban a la caza de diferentes monstruos. Tanto impacto causó en el mundo de los videojuegos que Square Enix decidió crear una secuela para intentar enmendar los errores del anterior título escuchando todas las quejas de los aficionados.

Así fue cómo Final Fantasy XIII-2 vio la luz, bajo la sombra de su polémico antecesor y el mal recuerdo de la anterior y única secuela directa de la saga principal (Final Fantasy X-2), saliendo a la venta en España el 3 de febrero de 2012 en tres ediciones: la normal, la especial (incluyendo postales, un CD recopilatorio de la BSO, un libro de diseños y una imagen 3D lenticular de Lighting) y la Crystal (incluyendo todo lo anterior, añadiendo una camiseta exclusiva y sustituyendo el CD por cuatro con toda la BSO).



HISTORIA

Tras salvar el Nido evitando su caída gracias a la intervención de Vanille y Fang, el resto de protagonistas se dispone a comenzar una nueva vida en el Gran Paals. Serah, cuyo rescate por parte de su hermana fue el detonante de la anterior aventura, por fin podrá vivir feliz junto a Lighting y su prometido Snow. Sin embargo, de repente se da cuenta de que su hermana ha desaparecido y que nadie recuerda haberla visto. Todo el mundo está seguro de que sacrificó su vida para salvar el Nido y que se encuentra dentro del pilar de cristal que sostiene el mundo flotante, pero Serah está segura de que ella se encontraba junto a todos, celebrando la victoria recién conseguida.¿Qué ocurre con sus recuerdos?

Lighting, por su parte, se encuentra luchando en una dimensión desconocida llamada Valhalla contra un misterioso personaje que responde al nombre de Caius. Es una lucha cruenta sin cuartel, donde ambos cruzan sus espadas en un combate que parece prolongarse eternamente. Es a este mundo al que llega Noel, el último superviviente de la humanidad, que ha viajado desde un futuro desolador para intentar cambiar su destino. De esta manera, Lighting le encomienda la misión de encontrar y traer a su hermana, ofreciéndole la ayuda de un moguri llamado Mogu, mientras ella mantiene a Caius a raya.

Es así como comienza la gran aventura de Serah en busca de su hermana para descubrir la verdad sobre los extraños acontecimientos que están ocurriendo a través de diferentes periodos de la historia.

La historia de Final Fantasy XIII-2 vuelve a utilizar los elementos tradicionales de la franquicia, planteando una historia épica que, sin ser original, consigue su objetivo de estimular al jugador para que continúe adelante y resuelva las incógnitas que se plantean. Sin embargo, el argumento es víctima de la jugabilidad planteada en esta entrega, pues debido a los continuos viajes en el tiempo, la narrativa se encuentra muy fragmentada, sin tener un ritmo claro ni constante, alternando momentos sin carga argumental con otros llenos de secuencias y revelaciones. Aún con todo, a medida que se va acercando el final el pulso y el interés crecen exponencialmente, llegando a un final espectacular que pillará a más de uno descolocado, tanto para bien como para mal.

GRÁFICOS

Si algo siempre nos asegura cada entrega de Final Fantasy es que podremos disfrutar de un apartado técnico de gran nivel y XIII-2 no es ni mucho menos una excepción a la regla. Ya el anterior juego contaba con unos gráficos simplemente asombrosos, de gran solidez y detalle, siendo todavía a día de hoy una de las mejores muestras del potencial de la actual generación de consolas. Su secuela continúa por esa línea convirtiéndose en todo un espectáculo visual.



El trabajo en modelados, animaciones y texturas es de los mejores que podemos disfrutar actualmente y, probablemente, es el punto más elevado que ha alcanzado el JRPG hasta el momento. El nivel técnico en personajes, escenarios y efectos especiales es abrumador, amparados por un diseño artístico capaz de crear un aspecto visual de gran variedad y belleza. Observar los detalles de cada protagonista principal y de cada monstruos, los efectos en las batallas o lo orgánico y vivo de cada lugar que visitamos (muchos, en diferentes épocas, explotando diferentes variables de cada uno) es toda una delicia.

Sin embargo, el apartado gráfico no es perfecto. En primer lugar, se pierde el efecto sorpresa que causó el XIII, pues poco más se podía desarrollar y pulir a partir de él en la vertiente estética, sin poder definirlo como una evolución del motor, manteniendo todas sus cualidades. Sin embargo, el hecho de que los escenarios sean en esta ocasión más abiertos y complejos produce en ocasiones caídas de frame rate que, sin afectar ni mucho menos a la jugabilidad, alejan esa sensación de perfección que sí reinaba con su precuela. Aún así, los gráficos son una de las experiencias más placenteras que podremos encontrar en nuestras consolas.

SONIDO

Otro aspecto en el que los Final Fantasy rara vez decepcionan es en la banda sonora y XIII-2 no es una excepción ni mucho menos. Masashi Hamauzu vuelve tras su gran trabajo en la anterior entrega, ayudado por Naoshi Mizuta y Mitsuto Suzuki, conservando la vena épica de la anterior partitura y dotando de mayor variedad a la música.

Al igual que en el XIII, la partitura de Hamauzu vuelve a recuperar esencias de anteriores compositores de la saga, como Nobuo Uematsu o Hitoshi Sakimoto, adaptándolas a su propio estilo y conformando unas piezas que encajan perfectamente en la ambientación del juego, denotando calma, frenetismo, tragedia o grandeza cuando corresponde. En esta entrega, sin embargo, la variedad aumenta enormemente, con un mayor número de temas vocales, muy cercanos al pop, e incluso alguna incursión en el nu-metal. Canciones como An Arrow through Time, Noel's Theme o Plains of Eternity ejemplifican el alto nivel y la variedad de la banda sonora, toda una golosina para los oídos.

Además de eso, el doblaje en inglés es simplemente perfecto, digna de una producción tan grande, con una ejecución de primer nivel y actuaciones brillantes de dobladores como Laura Bailey (Catherine en Catherine, Rise Kujikawa en Persona 4, Chun-Li en Street Fighter IV) en el papel de Serah, Jason Marsden (Pater en Resonance of Fate) como Noel y Liam O'Brien (Akihiko en Persona 3, Kain en Final Fantasy IV/Dissidia, Orlando en Catherine) como Caius.





JUGABILIDAD

Y llegamos al gran caballo de batalla, el aspecto que condenó a Final Fantasy XIII: la jugabilidad. Square Enix se propuso ante todo solventar los fallos que los aficionados volcaron sobre el sistema jugable de este título, acusándolo de excesivamente lineal y simple. De esta forma, la primera medida que tomó la compañía japonesa fue el de crear mapas más abiertos en los que el nivel de exploración sea mucho mayor.

De esta manera, una vez inmersos en el juego, tendremos la oportunidad de viajar a diferentes épocas, en un sistema que recuerda al gran Chrono Trigger, en el que deberemos ir descubriendo y activando portales para visitar nuevos periodos y poder avanzando en la historia principal. El mapa de cada uno de esos lugares tendrá un diseño más abierto, con un mayor número de bifurcaciones y recovecos que investigar, donde podremos encontrar cápsulas con objetos, personajes o los citados portales. Además, podremos visitar el mismo lugar pero en diferentes épocas, pudiendo advertir cambios no sólo en su aspecto, sino también en su diseño, pudiendo alcanzar lugares que en otra época no podíamos y viceversa.



Además, regresan las zonas habitadas con NPCs a los que hablar y que nos ofrecerán aventuras secundarias, que han aumentado en gran medida en esta entrega y que no se limitan a misiones de caza como en el XIII. Todos ellos nos recompensarán, entre otras cosas, con fragmentos, objetos que nos permitirán descubrir más cosas del mundo y la historia del juego, además de otorgarnos habilidades especiales llamadas Talentos que podremos utilizar en nuestro beneficio a medida que vayamos recolectando más. En cuanto a las tiendas, sólo existirá una, la de la irritante Chocolina, que nos acompañará en nuestros viajes temporales. Como novedad en lo que respecta a exploración, el moguri que nos acompaña podrá localizar objetos ocultos en el mapa y podremos lanzarle lejos para alcanzar cápsulas fuera de nuestro alcance, por lo que tendremos que estar bien atentos a los escenarios.

Igualmente, en los diálogos podremos elegir entre diferentes opciones para responder, aunque apenas tiene influencia en la trama y se limita a liberar cierta información en vez de otra, por lo que no esperéis un sistema tan profundo como el de Mass Effect. En algunos enfrentamientos también tendremos que realizar algunos Quick Time Events (QTE) para finiquitar a nuestros enemigos, teniendo que retomar el combate si fallamos. Para finalizar, existen ciertas rupturas espacio-temporales que sólo podremos eliminar completando unos puzzles, lo que da mayor variedad a la jugabilidad.

En lo que respecta al sistema de combate, se mantiene la base del XIII, con el sistema de roles con diferentes habilidades que tendremos que combinar y utilizar según se desarrolle la lucha, ofreciendo algo de dinamismo y estrategia incluso en enemigos que no tengan un nivel alto. Eso sí, en esta ocasión, los monstruos no estarán visibles en la pantalla, sino que aparecerán repentinamente cerca nuestra. Entonces aparecerá un medidor que irá descendiendo a medida que pase el tiempo: si golpeamos a la criatura mientras se encuentre en la zona verde, empezaremos el combate con ciertas ventajas (como el estado Prisa); si golpeamos en la zona amarilla, será un combate normal; y si lo hacemos en la zona roja, será el enemigo el que tenga las ventajas.



Así mismo, el grupo siempre estará formado por Serah, Noel y un monstruo. Recuperando un sistema similar a lo visto en los últimos Dragon Quest o, a un nivel mucho más complejo, en Pokémon, podremos capturar la mayoría de los enemigos a los que nos enfrentemos para que luchen a nuestro lado. Cada uno de ellos tendrá un rol que no podremos cambiar y sus propias habilidades, pudiendo elegir el que más se adapte a nuestro estilo, mejorando su nivel, fusionándolo con otras criaturas para absorber sus poderes o poniéndoles diferentes adornos para customizarlos, aunque eso no influya en sus parámetros. También existe una barra de sincronía que se irá llenando a medida que combatamos y que, una vez llena, nos permitirá realizar el ataque especial del monstruo, en el que tendremos que completar un QTE para liberar toda su potencia.

El sistema de Cristarium, la forma de elevar el nivel y las habilidades de nuestros personajes, regresa del XIII, aunque de una forma más clara, precisa y fácil de utilizar. Ahora, en vez de que cada rol tenga su propio Cristarium, sólo existirá uno y, cada vez que subamos un nivel, podremos elegir el rol en el que queremos mejorar. Igualmente, cada monstruo tendrá su propio Cristarium, aunque sólo podrá mejorar sus parámetros y obtener nuevas habilidades, pues su rol será inamovible.

DURACIÓN Y DIFICULTAD

Como todo JRPG que se precie, Final Fantasy XIII-2 tiene una duración más que estimable, por lo que tardaremos una media de 25-30 horas en superarlo si nos ceñimos principalmente a su historia principal, aunque aumentará considerablemente si nos embarcamos en las aventuras secundarias y demás características opcionales, pudiendo lograr el 100% del juego en unas 70 horas. La dificultad es menor que la de su predecesor e incluso podremos cambiar el nivel a fácil, por lo que no habrá excusas si nos atascamos en algún combate, combates en su mayoría que no presentan muchos problemas, ni siquiera en los más fuertes.



Square Enix ha decidido surtir al juego de numerosos DLCs con el que intentar aumentar la experiencia de juego. Además de las diferentes vestimentas para Serah y Noel, también se ofrecen diferentes enemigos descargables contra los que luchar en el Coliseo para poder añadirlos a nuestro grupo, pero los más interesantes son las ampliaciones del argumento. Actualmente ya podemos comprar una aventura protagonizada por Sazh y situada en el casino de Xanadú, donde se explica cómo llega al cruce temporal y el verdadero origen de Chocobolina. Este DLC apenas añade un par de juegos de cartas y la posibilidad de incluir al personaje en nuestro equipo, pero la duración es muy escasa y la jugabilidad no aporta nada, por lo que se convierte en algo prescindible.

CONCLUSIÓN

Final Fantasy XIII-2 es un muy buen JRPG, mejorando los fallos de su precuela (especialmente en cuestión de jugabilidad, perdiendo en el de historia), muy entretenido y de una factura técnica impecable, contando con unos gráficos y un apartado sonoro de primer nivel que hacen de él una experiencia gratificante.

Sin embargo, tampoco destaca excesivamente en ninguno de sus aspectos, además de tener un ritmo irregular y fragmentado que perjudica el interés en ocasiones, sobre todo en su primera parte. A pesar de ser más variado que su antecesor, aquellos que no disfrutaron con el XIII es probable que tampoco lo hagan con éste, pues la base es la misma.