Fic Ganador!!!

Bueno e aqui el Fic gandor del Segundo Concurso De FanFic!!! Disfruten y deleitence con el Fic de Nuestra Ganadora Fuu

Fuu escribió:

Meiton…

Sus parpados le pesaban, su voz se negaba a dejar su garganta, ninguna de las extremidades que conformaban su cuerpo le respondía, sus odios no captaban nada solo sus ojos veían con desesperación e impotencia como todo paulatinamente se tornaba blanco y en medio de aquella blancura su corazón parecía detenerse probablemente por las heridas físicas que mancillaron su cuerpo pero él se negaba a darse por vencido, no podía… no cuando esos grandes ojos marrones lo observaban con tanta tristeza, las lagrimas cristalinas recorrían sus mejillas y sus labios se movían con desasosiego; le estaba diciendo algo pero él no la escuchaba no sabía porque sus oídos dejaron de funcionar, no entendía que sucedía solo quería decirle que no se preocupara, que ya no llorara pero su voz no lo ayudaba. Poco a poco sus parpados cansados fueron cediendo apagando inevitablemente la imagen de la mujer y con ella la luz que casi lo cegaba ¿Acaso estaba muriendo? ¿Ya no vería más a sus queridos compañeros? No lo sabía pero deducía que así era.

Sus ojos se cerraron definitivamente… ya no tenía pensamientos, ya no sentía desmoralización, ya no habían preguntas solo aceptaba su destino como el gran shinobi que es, que fue. Entre esa brecha que creyó los límites de la vida y la muerte logro escuchar; si estaba escuchando, volvía su sentido auditivo ¿Cómo? ¿Por qué? Quizás como ultima melodía de su existencia, porque deseaba tanto escuchar voces amigas, voces queridas…

“Vallo-san resiste… resiste…”

“Demonios… ¿Por qué Vallo-sama?”

“Cálmate, envía la noticia a la aldea, que preparen todo”

Esas voces… las identificaba perfectamente pero algo en ellas no estaba bien sonaban tristes, impotentes, quebradizas como si en cualquier momento fueran a empezar a sollozar. No, otra vez no; no quería ver, sentir que lloraban… no por él. ¿Qué sucedía? No lo sabía, no entendía nada. De pronto se adentro de nuevo en aquella sensación de no sentir ni pensar nada; ¿Acaso ahora si había muerto?...

El tiempo… ¿Qué es el tiempo? Solo una forma ideada por el hombre para poder controlar su existencia sobre la faz de la tierra tanto era su deseo de manipular todo que a pesar de crear el tic tac de los relojes no se daban cuenta que se perdían lo que realmente era importante; patéticas almas que no aprovechaban sus efímeras vidas. No supo cuando tiempo trascurrió, pudieron haber sido horas, días, semanas y hasta meses. Su cabeza dolía, dolía hasta más no poder y todo su ser se encontraba sumergido en dudas algo no estaba bien, lo sentía en cada poro de su piel.

“Beat beat beat”

Ese sonido se adentraba por sus odios y chocaban literalmente con su cerebro. Le estaba molestando, lo estaba haciendo adolecer su cabeza. “Basta, hagan que se calle” pensaba deseando que alguien respondiera a sus suplicas y destruyera o alejara aquel sonido… lamentablemente nadie lo hizo. No aguantaba más, debía detener esa melodía que le daba jaqueca. No entendió como pero sus ojos se abrieron… la primero que observaron fue el techo gris y sin mucha ornamentación de donde fuera que se encontrara, luego su mirada bajo entendiendo mejor donde se hallaba, era la habitación de un hospital… para su sorpresa estaba vivo… no había muerto; su cuerpo ya no estaba herido, no le dolía… habían curado sus heridas. Se sentó con mucha dificultad en la dura cama; tosió un poco, no recordaba bien lo que sucedió pero si estaba bien significaba que estaba en casa y era lo único que necesitaba entender.

- Tu eres el que me causa la migraña – susurro viendo la maquina que estaba conectada a él, la cual registraba los latidos de su corazón; se estiro dándole a todos los botones para apagarla meta que logro.

Varios suspiros escaparon de sus rojos labios; estaba cansado pero feliz al darse cuenta que su vida aun no se acababa, no porque temiera a la muerte sino porque aun debía hacer muchas cosas, debía ayudar a muchas personas. La puerta de la habitación se abrió dando paso a una enfermedad de avanzada edad que al verlo despierto le dedico una gran sonrisa acción que el de ojos azules correspondió amablemente.

- Vallo-sama ha despertado que alegría… - se acerco a la cama para cerciorarse de que estuviera bien - ¿Cómo se siente? Todos estábamos tan preocupados por usted – hablo al tiempo que inyectaba algo a la solución que suministraba suero al cuerpo del shinobi.

- Bien, un poco cansado… desorientado – respondió mientras la veía aplicarle el medicamente - ¿Qué es? – pregunto al tiempo que el liquido empezaba hacer jalado a sus venas.

- Es su medicamento, no se preocupe… además es normal que se sienta así estuvo mucho tiempo dormido… le avisare a Lady Kage que usted ya despertó, se alegrara mucho al enterarse – finalizo dejando la habitación.

Las gotas caían al tubo luego a sus venas y Vallo simplemente se recostó de nuevo cerrando sus ojos; hablar con Lady Mizukage le haría bien, necesitaba saber que paso. Si estuvo dormido mucho tiempo todos seguro estuvieron preocupados; soltó un profundo suspiro ya estaba bien así que no había nada porque inquietarse.

8 o 10 minutos pasaron desde que la anciana se fue en busca de la Kage cuando la puerta volvió a abrirse, por ella entraron dos personas, una mujer y un hombre. Vallo estaba casi dormido pero al escuchar sus pasos abrió sus ojos, quería decirle a Haruhi-sama que lo disculpara por darle ese tipo de problemas, aun recordaba cómo sus grandes ojos marrones lloraban por su culpa. Su cuerpo se tenso y su piel blanca como la nieve se empalideció aun mas. No daba razón a lo que tenia frente… ¿Qué demonios sucedía?

- Lady… Lady Hokage… - musito confundido… ¿Qué hacia ella en su habitación? ¿Qué hacía en la Niebla y en compañía de Kagekakashi?

- Vallo-kun por fin has despertado que alegría tan grande… yo siempre supe que tu jamás te darías por vencido, en ti más que en nadie la voluntad de fuego que heredan todos los shinobis de nuestra querida Aldea Oculta entre las Hojas está más viva que nunca – pronuncio cada palabra con alegría indiscutible, sonriéndole amablemente a su mejor ninja, que con cada silaba se empalidecía mas y mas.

- ¿Estoy en Konoha? – balbuceo extremadamente confundido, no parecia un rehén y muchos menos el enemigo clasificación S que sabía bien que era para todas las aldeas.

- Si amigo mío… ¿Dónde mas estarías? – hablo el acompañante de la Hokage que al igual que ella parecía tratar con mucha familiaridad al shockeado ninja.

- ¿Te sientes bien, Vallo-kun? Te ves pálido… - pregunto Sakura temiendo por la salud de su recién despertado guerrero.

- Debe ser por lo mucho que estuvo inconsciente, seguramente se siente perdido, extraviado – Kagekakashi susurro a Sakura.

- Es verdad… Vallo-kun no te preocupes tu solo descansa, recupérate para que vuelvas hacer el gran shinobi que siempre has sido. El País del Fuego y la aldea te extrañan, te necesitan – dijo altivamente sonriéndole de manera muy cariñosa.

- Es imposible… no puedo estar en Konoha… yo no… no soy un ninja de esta aldea… - musito con su respiración agitada mientras que no sabe con qué fuerzas logro levantarse de la cama y dirigirse a la ventana de la habitación.

- Vallo-kun ¿Qué haces, que sucede? Claro que eres de esta aldea, eres el ninja más importante, más poderoso de Konoha… tú el gran Sannin que nos ha salvado de muchas invasiones y ha conseguido ser temido en cada aldea ninja…- le explico Sakura muy preocupada por la reacción de su querido shinobi.

- Vallo-san, amigo… detente, seguro estas confundido por el tiempo que has dormido… casi un año, un año postrado en esa cama… tal vez has soñado, has imaginado cosas que no son, realidades que no existen…- Kagekakashi también intentaba evitar que dejara la habitación, en realidad estaba preocupado por su amigo.

- Por favor Vallo-kun vuelve a la cama, descansa para que tu mente vuelva a hacer la que era antes de que cayeras en coma – suplico casi con lágrimas en sus ojos la Hokage.

- Yo… yo… no imagine nada… esto no es real… - balbuceo viendo como la mujer se colocaba; le apenaba verla llorar pero algo no estaba bien él lo sabia… sin embargo no recordaba bien… ¿Sera que si era un ninja de Konoha? Movió su cabeza en negación, y en un abrir y cerrar de ojos se lanzo por la ventana huyendo lejos del hospital.

Kagekakashi intento ir por él pero Sakura se lo impidió, le dijo que le diera tiempo para volver hacer el mismo Vallo que todos conocían, el gran héroe de Konoha. A duras penas puedo franquear los arboles y alejarse de aquella estructura maldita donde quisieron hacerle creer que era un ninja de Konoha. Él no estaba loco, y aunque durmiera mil años recordaría bien su vida… definitivamente un kohoneano no era. Llevaba la ropa del hospital por lo que robo algunas prendas de una casa, luego vería como las devolvería. Cuando se cambio empezó a buscar la salida de aquella aldea pero no sabía bien por dónde ir. Se mezclo entre las personas tratando de pasar desapercibido pero todos lo veían con admiración y alegría; mas de un aldeano se le acercaba y le comentaba lo feliz que lo hacía verlo bien de nuevo; esas muestras de afecto, de cariño lo confundían mas y mas, parecía como si todos en ese lugar lo conocieran perfectamente… le decían Héroe, el gran Sannin como lo había hecho Lady Hokage. Con cada nueva palabra su desesperación aumentaba, ¿Acaso lo que él creía que era su realidad no la era? ¿Sera que como dijo Kagekakashi todo había sido un sueño?

Se sentó en una banca alejada de cualquier tipo de vida. Su respiración estaba entrecortada, sentía que le faltaba el aire. Con sus manos alborotaba sus negros cabellos. Quizás después de todo si era un Konohoneano; era un ninja, y si estaba en esa aldea era porque era un ninja de ella pero… donde quedaban sus antiguos compañeros, entonces recordo a la Mizukage Haruhi, a su sensei Radamanthys, a los miembros de su grupo de espadachines Tobi, Joe, Minato, Mizore, Romi, Miguel… y su alumna, Fuu también había sido producto de un sueño por su estado de coma.

“No, no, no”

Se dijo mil veces, era imposible soñar tantas cosas. Algo no estaba bien… la única manera de que todo se viera y sintiera tan real era que alguien lo estuviera manipulando. Se levanto vertiginosamente de la banca, ahora lo entendía todo… estaba dentro de un genjutsu, eso era… alguien le estaba jugando una mala broma y cuando descubriera quien era lo mataría. Miles de formas para dejar el genjutsu vinieron a su cabeza; la más efectiva era que le inyectaran chakra, tal vez si lo decía alguien lo escucharía y lo socorrería.

- ¡Inyéctenme Chakra! ¡Inyéctenme Chakra! Alguien, por favor… - suplicaba pero parecía como si nadie lo escuchara, será que al final no estaba en un genjutsu que esa era la verdad. Debía intentar todo, por lo que lo haría de la manera antigua, haciéndose daño. Saco un kunai y lo clavo en su mano, sentía el dolor de aquel acto y la sangre corriendo por sus dedos pero aun así no despertaba decidió hacerlo más radicalmente, clavaria el kunai en su estomago y lo hizo.

El liquido carmesí y pegajoso dejaba su cuerpo rápidamente pero no de esa forma la realidad en la que estaba; todo seguía tan claro, tan real… al final si había confundido su sueño de la verdad. Todo lo que creyó verídico ya no lo era. Cayó al suelo, producto de la pérdida de sangre… sus ojos volvían a pesarle y a ceder ante sus parpados… ¿Ahora si moriría? Por su terquedad, por no aceptar su entorno. Otra vez se sentía en la breca entre la vida y la muerte…

“Tanto tardaras… seguirás preocupándonos así… si no sales pronto… harás misiones de gennin por mucho tiempo… será tu castigo… Vallo-kun”

Esa voz, de nuevo… era la de Lady Mizukage… él la escuchaba pero no pudo comunicarse con ella, no sabía cómo… ni sabía que sucedía… esta vez todo paso más rápido…

Sintió su piel fría, muy fría… cuando abrió sus orbes azules se encontró tirado sobre la blanca nieve… el único lugar donde podía haber nieve… estaba en el País del Agua… estaba en casa. Se levanto sintiendo un gran alivio en su corazón, todo había sido un mal sueño, una terrible pesadilla… no tenia las heridas hechas pero el kunai, no le dolía la cabeza. Se levanto, limpio su ropa… está más tranquilo sabiéndose que todo fue una mala jugada de su cabeza. Cuando se volteo en dirección hacia donde estaba la Aldea sus ojos se abrieron como platos, una espesa nube de humo estaba sobre su aldea y pequeñas humaredas la expandían mas y mas… La aldea oculta entre la niebla estaba siendo atacada y él ahí dormido… la culpa lo invadió. Corrió como nunca lo había hecho hacia su hogar; mientras más se acercaba mas detallaba lo que había sucedido. Fuego por todos lados, todo estaba consumido por las llamas; las personas, las personas se hallaban inertes por todo el suelo, bajo ellos su sangre formaban pozos… La Aldea estaba destruida, todos estaban muertos… ¿Qué paso? Era lo único que se preguntaba el espadachín que solo atino a ir a la mansión Kage. Al llegar vio a la Mizukage en el suelo, llena de sangre, muerta… a su lado un par de espadachines Joe y Tobi que no estaban en mejor estado que la mujer…

Sintió que su corazón se desgarraba, la razón lo dejaba, la ira se apoderaba de él… buscaría quien hizo semejante barbaridad y lo haría pagar cada vida consumida…

- ¿Quién lo hizo? – grito desesperado con lagrimas en sus ojos.

- ¿Quién lo hizo? ¿Acaso no lo recuerdas? – una voz se dejo escuchar, Vallo supuso que era el causante de esa masacre…

- Sal, bastardo… - le exigió.

- Salir, si estoy aquí justo a tu lado – Vallo giro su cabeza en todas las direcciones pero no vio al dueño de la voz.

- No juegues conmigo, maldito… - musito rencorosamente.

- No lo recuerdas… lo que sucedió en las pirámides oscuras… cuando aceptaste mi poder… cuando me juraste darme la vida de todos aquellos a los que amabas solo para llegar a controlarme como nunca nadie lo había podido hacer… - con cada palabra pronunciada por la extraña voz los recuerdos venían a la memoria de Vallo…

Estaba junto a Haruhi-sama, Joe y Tobi en una misión en el país de la oscuridad. Ese lugar era una pequeña porción de terreno que nadie jamás cruzaba por miedo a las leyendas sobre los poderes malditos que ahí se desarrollaban. Él cayo repentinamente en un hoyo que se cerró dejándolo incomunicado de sus compañeros, ahí fue cuando una extraña energía lo rodeo y empezó a adentrase por cada poro de su cuerpo, consumiéndolo… esa energía era oscura, era asquerosa. Luego la tierra volvió a abrir y lo expulso. Fue así como solo empezó a ver blancura, fue así como comenzó su pesadilla.

- ¿Qué eres? ¿Quién eres? – pregunto…

- Soy tu, soy quien te ayudo a matarlos a todos… no recuerdas sus gritos de dolor, sus rostros de angustia, sus lagrimas de suplicas…


- ¡Cállate! Yo jamás dañaría a mis camaradas… muéstrate de una vez… deja las estupideces – grito molesto, ya le hartaba esa voz. De pronto frente a él una energía oscura se empezó a manifestar formando una figura humana que Vallo conocía perfectamente.

- Soy tu… ya te lo dije… - por un momento Vallo quedo aun mas confundido era él, era su imagen la que estaba enfrente. ¿En qué momento la pesadilla volvió? Otra vez su desesperación su impotencia y su agonía volvía a invadirlo.

- Yo... no eres yo… Dragón de Hielo – grito atacando a su doble con un temible dragón de su elemento natural.

- Dragón Oscuro – musito el contrario haciendo que ambas técnicas chocaran, pero el dragón oscuro era más poderoso e hizo volar a Vallo por los aires hasta terminar impactando contra el suelo – No me hagas reír, jamás me harías daño con tu hielo… es hora de que tome el control de tu cuerpo por completo… - habló acercándose y pateándolo… Vallo estaba vencido emocionalmente, no entendía por todo lo que paso… además si todos estaban muertos entonces él también deseaba el mismo desenlace. Un hilo de sangre broto de su boca recorriendo su pálida cara – Eres patético… como todos los demás – escupía sin dejar de golpearlo.

“Vallo-sama…”

“Está sangrando…”

“Ire por ayuda…”

“Vallo-sensei… Vallo-sensei… ¿Qué te sucede? ¿Te dejarás ganar? Despierta ya por favor… sensei…”

- Tobi… Fuu… - los escucho entre su deliro… ella tenia razón no debía dejarse vencer, no podía dejar que ese asqueroso ser oscuro lo asesinara… - ¡Basta! – le grito tomando su pie para que dejara de golpearlo – Ya has jugado bastante con mi cabeza… es hora de que acabe contigo… - se levanto determino a matar a ese doble.

- ¿Matarme, con tus patéticos elementos? Nunca podrás – rio sarcásticamente ante sus palabras…

- Con los míos no pero si somos el mismo… significa que también tengo los tuyos… Elemento Oscuridad: Super Puño del Renacimiento - chakra oscuro con la apariencia de orde oscuro junto con dos anillos a su alrededor aparecio en la mano de Vallo.


- Imposible… Elemento Oscuridad: Super Puño del Renacimiento – invoco el mismo jutsu pero para su desgracia el de Vallo era más poderoso…

- Quien tomara el control seré yo… - concluyo viendo como el jutsu de oscuridad consumía a ese ser que tenía su apariencia.

Después de su ataque cayó al suelo… quedando gradualmente inconsciente de nuevo… pero esta vez sentía como si todo fuera a estar bien…

“Beat beat beat”

Otra vez esa melodía que lo molestaba… abrió sus ojos azules en dirección del sonido; encontrándose con la maquina que registraba sus latidos su mirada observo el sencillo decorado del techo, estaba en una cama dura, podía olerlo estaba en un hospital… ¡Oh no! Pensó… ¿Acaso otra vez estaba en Konoha? Nunca saldría de sus pesadillas…

- Vallo-sensei has despertado – escucho volteando a ver a la muchacha dueña de aquella voz, esos largos cabellos azules… era su aprendiz que se abalanzo prácticamente sobre él, abrazándolo.

- ¿Fuu-san? – balbuceo, será que por fin había dejado todo atrás.

- Vallo-sama que alegría… - esa era la voz del inseparable amigo de la kunoichi…

- Tobi-san… también estas aquí… - susurro viendo la máscara anaranjada del ninja…

- Fuu-chan ya déjalo lo asfixiaras – le dijo a su amiga que se separo de los brazos de su sensei.

- ¿No estamos en Konoha, verdad? – pregunto para salir de dudas. Los dos jóvenes ninjas se vieron confundidos ante la pregunta de su superior.

- Sensei… ¿Qué haríamos en esa fea Aldea? – ante esa respuesta Vallo respiro tranquilo… ya había despertado…. Ahora si todo estaba bien… La puerta de la habitación se abrió…

- Vallo-kun al fin has despertado – le sonrio amablemente mientras terminaba de entrar.

- Mizukage-sama que alivio verla… - le correspondió la sonrisa mucho más tranquilo, al verla a ella y no a Sakura.

- Fuu, Tobi… vayan por el médico para que revise a Vallo-kun – ordeno de manera cariñosa; los dos ninjas entendieron que era una forma de pedirles que los dejaran solos por lo que se fueron de inmediato - ¿Cómo te sientes? – pregunto al ver a los dos jóvenes irse.

- Cansado, pero muy bien… - le respondió acomodándose en su cama.

- Es normal… después de lo que pasaste…

- Haruhi-sama… es extraño pero siento como si mi chakra ya no fuera el mismo, como si un nuevo poder se apoderara de mí… ¿Qué sucedió?

- Es porque es así Vallo-kun… porque crees que has estado dormido por casi una semana… tu cuerpo estaba tratando de asimilar el poder que las pirámides te concedieron… si has despertado, si estás vivo es porque ahora ese elemento que ellas con tanto recelo guardaban está desarrollándose dentro de ti…

- Significa que todo era una prueba de “él” para saber si era digno de controlarlo… - musito al tiempo que la mujer castaña afirmaba con su cabeza… - Para controlarlo, debía vencer mi oscuridad… interesante… Así que esto mi nuevo elemento… - susurro cerrando sus ojos y sintiendo como esa extraña pero poderosa energía lo recorría… - El Meiton…

Fin...