Índice
El Inicio.
Todo empezó con el nacimiento de Shonell, su familia y el vivían en una humilde villa en el país de la arena. Hijo de médicos, pues su padre por mucho que fue un ninja siempre se dedicaba a la cura con insectos, y su madre si que era doctora.
La vida ahí era muy divertida, Shonell tenía grandes amigos, y un grupo de dos estudiantes más que eran sus mejores amigos, una ninja del clan Hyuga y uno del clan Jikori, su grupo era de los mejores en la escuela y eso le gustaba tanto a Shonell como a sus amigos, el grupo cada vez estaba más unido.
Pero las cosas no iban del todo bien, para la familia de Shonell, pues la gente de su villa veía a sus padres como monstruos, o hechiceros extraños, y no se fiaban de sus curaciones así que empezaron a perder clientes y eso fue malo para la humilde clínica que regentaban.
Un día... muy a su pesar decidieron irse de esa villa y escogieron el país de Konoha, un lugar donde los Aburame si que estaban bien vistos y seguro que su hijo seria acogido con las manos abiertas.
Esa misma tarde cuando Shonell llego de la escuela sus padre le esperaban en la sala de estar.
-Hijo debemos hablar contigo, lo que te vamos a contar no te va a gustar, pero... es lo mejor para todo, pues es la necesidad de nuestra familiar.
Shonell con los ojos llenos de lágrimas, miro a su padre, su madre llevaba en brazos a su hermana de 1 año, entonces Shonell le dijo.
-Dime papa, no se que pasa, pero... explícamelo...
Su padre le revolvió un poco el pelo y lo levanto en el aire mientras le decía.
- Hijo lo hemos debatido mucho tu madre y yo, y hemos decidido que lo mejor es que ahora mismo nos vayamos a Konoha, ahí harás nuevos amigos y continuaras tu entrenamiento, pero lejos de aquí, los padres de tus amigos ahora mismo se lo están diciendo, pero esperamos que lo entiendas.
Shonell, empezó a llorar, pero en cierto modo lo entendía, pues con su hermana y el necesitaba la familia mucho dinero y aquí no lo encontrarían y el lo sabia.
-Bien para nos ponemos en marcha?
Por fin llegaban a konoha, villa de oportunidades para una familia del clan aburame, habían escuchado fantásticas historias, sobre lo que en esa villa acontecía, sobre los magníficos lugares que allí se encontraban, sobre sus gentes, y la apertura de mentes de sus ciudadanos, cierto era todo, fueron acogidos como uno mas y no como refugiados, el negocio de la familia era necesario y fácilmente encontraron sus padres un hospital para trabajar, y una guardería para su hermana pequeña, y un colegio para el.
Shonell había madurado mucho des de que habían abandonado su villa natal, sus raíces, sus amigos, entendía completamente lo que sucedía, por que se habían ido, y lo mas importante que el núcleo familiar es lo mas importante, y el debía de ser fuerte no solo consigo mismo, si no demostrarle a su hermana que lo era, y que ella también debía de ser fuerte, y no derramar mas lagrimas.
La Dureza de una nueva vida.
La verdad es que a veces se sentía algo solo, no hace falta recordar que Shonell aun era un niño y seguro que la familia estaba preocupada por el…pues aun era muy joven para estar tanto tiempo entrenando e intentando demostrarse a si mismo que algún DIA llegaría a ser como su padre, debía de ser fuerte enseñarle a todo el mundo que por mucho que nadie lo viese el seguía estando ahí, demostrando cada día que podía superarse.
Shonell siempre había sido un niño especial, ya des de muy pequeño había notado que algo era diferente en el, que no era un niño como los demás, por suerte su padre ya des de pequeño le empezó a enseñar y a explicar lo que significaba ser un Aburame.
Su padre también era ninja, y le enseño todo aquello que el había aprendido, pues sabia que Shonell nunca seria un gran medico, pero que podría llegar a ser un fabuloso ninja, en cambio su hermana seguro que seguía con la saga familiar y la rama de la medicina, mas calmada que Shonell era ella Mushio, la bella Mushio.
Ahora ya han pasado 12 años de la vida de Shonell y se ha convertido en un verdadero aprendiz de la magia de los insectos como el le llama, cierto es que no tiene el talento de los grandes de su clan, pero sabe que algún día será de los mas grandes y hará cualquier cosa para conseguir el respeto de la su villa y consigo el de su familia.
Sus padres por suerte les había sido más sencillo centralizarse en la nueva vida, aportando su granito de arena a la nueva sociedad de Konoha, rápidamente hicieron amigos, en su lugar de trabajo, pero también rápidamente se fueron distanciando de sus hijos, pues el trabajo les suprimía algunas horas importantes en la progresión de la vida familiar.
No era oro todo lo que relucía en la familia de Shonell Aburame, pero por suerte todo se puede coger a tiempo, y así mismo sucedió en aquella familia, una tarde cuando los niños se encontraban en casa y la canguro cuidaba de ellos, picaron a la puerta, gracilmente, Shonell fue abrir la puerta y cual fue la mayor sorpresa del pequeño al ver a sus abuelos paternos en la puerta, los dos ya eran muy mayores, pero aun se sentían vivos y mas aun cuando podían ver a su nieto sonreír y abrazarles fuertemente, gateando des de detrás se podía ver a una pequeña cabecita de una niña, que con lágrimas en los ojos, se lanzo hacia los abuelos, pues ya hacia mucho tiempo que no los veían, pues aun Vivian en su antigua villa y solo podían venir para navidad y alguna que otra fiesta selectiva.
Ahora ya hace unos meses que toda la familia vive en una armonía ancestral, incluso pocas veces recuerdan su pasado, para ellos ahora ya son ciudadanos de Konoha.
La Tristeza de la Soledad.
Hacia ya bastante tiempo que la familia Aburame había llegado a Konoha, todo estaba fructiferando a pasos agigantados, parecía que nada podía salir mal, pues gracias a los abuelos, los padres de shonell y mushio podían estar más rato en trabajo, para así poder llevas más yenes a su unión familiar, y satisfacer y mejorar su ámbito social.
Pasaron unos años, hasta que extrañamente los dos ancianos enfermaron, pero no se conocía origen alguno de tales síntomas, pero francamente, la edad podía ser uno de ellos, pues ya los dos tenían mas de noventa año, al cabo de muy poco tiempo como si, el ultimo suspiro de el aire se usase para cerrar aquella puerta que nunca mas se abriría, la luz que emanaba de las vidas de esa pareja de ancianos se apago, para nunca mas encenderse.
Shonell postrado por tal desenlace, acuclillado al borde del lecho de muerto de sus ancianos abuelos, no dijo nada, solo cerro los ojos, suspiro, y dejo que empezara a llover en su interior, al lado su hermana, cogió la mano de su hermana mayor, una mano temblorosa, arraigada fuertemente a las sabanas de la cama, como si no se quisieran separar jamás de sus abuelos, y lloro tranquilamente, dejando fluir las lagrimas por sus mejillas, sus labios, sin ningún tipo de pudor.
Mas atrás, como en un segundo plano, como si el momento que allí acontecía era solo para los mas pequeños de la casa, se encontraban, sus padres, abrazados, también el silencio inundaba sus corazones, pues muy bien tampoco sabían que decir, que hacer, como actuar, pero lo que si sabían es que sus ancestros deseaban que fueran fuertes y que ayudasen a los pequeños de la casa en todo aquello que pudieran.
La vida cambio drásticamente en el seno familiar, los padres deseaban buscar algún tipo de cura, para aquella enfermedad, que había arrebatado la vida, de aquellos ancianos, Shonell, se había encerrado aun mas en su interior, buscados respuestas a preguntas que a su corta edad aun no se había formulado, de esta forma, fue perdiendo algunos amigos, pues un mas parecía estar ausente a todo aquello que acontecía a su alrededor.
Mushio por su parte, parecía la fuerte de la familia, continuo hiendo a la escuela elemental, ayudada por sus profesoras, intento salir anímicamente hacia delante, pero en su interior, en el corazón aun guardaba una pequeña espina clavada, pero gracias ese trágico desenlace, des de ese día, Mushio decidió intentar algún día llegar a ser ninja medico como sus padres.
Nuestro joven estudiante, continuo o al menos intento continuar con sus estudios básicos, intentando mejorar cada día, en cada momento, para llegar a ser un ninja, y así demostrar a sus fallecidos abuelos, que algún día, el seria como ellos deseaban que fuera, un ninja respetado y feliz.
Al poco tiempo, de la muerte, por suerte, Shonell vio un poco de luz, en una concurrida noche.
Era de noche, llovía muy lentamente, el goteo persistente no dejaba dormir a la familia de Shonell, pero esa noche era un muy especial, puesto que unos días antes había sido aceptado para ir a la prueba para a lo mejor convertirse en Gennin
Todo aquello por lo que había luchado estaba siendo recompensado, des de que huyeron de su villa para recalar aquí, en la hermosa villa de Konoha, la villa de la hoja, donde todo es perfecto al menos para su familia.
Shonell soñaba con el día que se entero que era aceptado, es un sueño tranquilo y lo demuestra la sonrisa de sus labios, esta vez a su lado un insecto algo mas grande esta vigilando o a lo mejor dormido, eso nadie lo sabia, menos el propio insecto.
En el sueño se ve a Shonell llegando del colegio cogiendo de su mano a su hermana la bella Mushio, mientras va caminando y tarareando una canción de su antigua patria, y su hermana en ese instante le mira a los ojos y le dije.
- Shonell... que es esta canción que tarareas, recuerdo cuando mama me la cantaba para dormir, pero de donde es?
Un manojo de lagrimas afloraron en los ojos de Shonell, pero gracias a sus gafas nadie lo podía ver.
- Mushio cariño... esta melodía que canto es una nana de nuestra villa, bueno nuestra antigua villa, bueno tu se podría decir que naciste aquí, pero yo no, y aun la recuerdo y gracias a esta nana, nunca la olvidare.
Mushio sonrió, y me miro a los ojos, pues había que estaba llorando me apretó fuerte la mano y me dijo.
- Que paso? Por que nos fuimos de ahí? Es que teníamos problemas?
Shonell se paro y se puso a la altura de su hermana, bien te lo diré.
- Ahora hará unos 4 años cuando yo tenia 8 años y tu no habías ni nacido, papa y mama trabajaban en el hospital pero... la gente los miraba mal creían que los insectos eran malos era brujería y cada vez los miraban mas mal... Yo no lo recuerdo pero eso es lo que dice papa...
Entonces decidieron dejarlo todo y llegar a Konoha, tú en esa época ya tenías 1 o 2 años, y por eso tu solo conoces Konoha.
A Mushio se le empezó a caer una lágrima que Shonell seco con sus manos, pues no quería ver a su hermana llorando, eso le ponía muy triste.
-Mushio sonríe piensa que ahora somos mucho mas felices, tu tienes muchos amigos y yo, bueno estoy haciendo progresos, pero seguro que dentro de poco todo cambiara ya lo veras...
Mushio sonrió y abrazo a su hermano.
- Tete no sabría que hacer sin ti.
Shonell cogió a su hermana y se la puso arriba en los hombros, suerte que aun no pesaba mucho, y empezó a correr dirección a su casa.
-YUPIII!!!!!!!!!!! iba chillando su hermana mientras Shonell corría como un loco, mientras todo el mundo lo observaba...
Al llegar a su casa, su madre y su padre estaban cabizbajos en el humilde salón que poseían, al verlos entrar su padre le dijo.
-Shonell ven aquí, hay algo muy importante que te tenemos que decir...
Shonell se asusto puesto que la ultima vez que los vio así, fue para decirles que se iban de su villa hasta Konoha, y eso no lo quería recordar puesto que le ponía muy triste, y no quería recordar a su amigo que había dejado, cierto es que aquí no tenia muchos amigos, ciertamente no tenia ninguno, pero todo llegaría, eso seguro.
Shonell se sentó en el sillón mirando a sus padres con los ojos llorosos, pues se pensaba que le iban a decir que se volvían a ir...
Que...que... pasa...papa, nos....volve...mos....a....ir ? Dijo Shonell entre sollozos...
-No, solo te vas tu hijo, te vas hacer una de las cosas mas importantes que han echo los miembros de esta familia, así que espero que hagas las cosas bien y no nos defraudes.... Su padre estaba serio, muy serio.
-Pero... que pasa... ? Le recrimino Shonell a su padre.
-Creo que aun eres muy joven, pero has sido seleccionado para ir a la prueba Gennin FELICIDADES HIJO!!!! Grito con mucha pasión su padre mientras lo abrazaba y lo levantaba varios centímetros del suelo.
Toda su familia empezó una buena fiesta, cena por todo lo grande y empezaron los regalos y los más especiales los de su hermana.
Su hermana en media cena se levanto fue a su cuarto y después trajo 2 paquetes uno mas grande que otro.
-Ten, son para ti tete con todo mi amor y mi cariño. Dijo Mishio con una gran sonrisa en su cara.
Shonell no pudo esperar y abrió el mas pequeño, ahí había un precioso boomerang, era de color verde y azul y parecía que estaba pintado a mano por el sutil tacto que se podía ver el dibujo , después abrió el otro y allí un nuevo anorach de color grisáceo con una bonita capucha.
Mushio son... son preciosos.... GRACIAS. Decía mientras le daba dos besos y un enorme achuchon entre sus brazos.
Después su padre y su madre le trajeron dos cajas más.
- Hijo lo que hay aquí ha pertenecido a mi cuando tenia tu edad y lo guarde con cariño para que el día de la prueba lo lleves puesto. Le dijo su padre con una gran sonrisa en sus labios.
Shonell abrió la caja y vio una camisa de cuello alto de color negro, era increíble, era... magnifica, se la puso corriendo... le quedaba perfecta.
Su madre le dio la otra caja mientras decía.
-Cariño esto es un gran regalo, pero desee que lo cuides, pues es lo que mas vas a usar.
Shonell abrió la caja y había unas sandalias, eran algo diferentes, pero no se las quiso probar.
-Madre gracias, pero no, me las puedo permitir, aun no estoy preparado para llevar las sandalias del abuelo, espero que lo comprendas.
La madre asintió y sonrió mientras le dijo.
-Sabia que te darías cuenta. Cuando estés preparado úsalas.
Después de los regalos, se fueron a dormir y ahí empezó la lluvia la fina lluvia.
Al día siguiente se despertó y se dirigió hacia el lugar de la prueba, con una sonrisa en sus labios mientras se veía que estaba totalmente eufórico por sus nuevos regalos.
Todo empezó con el nacimiento de Shonell, su familia y el vivían en una humilde villa en el país de la arena. Hijo de médicos, pues su padre por mucho que fue un ninja siempre se dedicaba a la cura con insectos, y su madre si que era doctora.
La vida ahí era muy divertida, Shonell tenía grandes amigos, y un grupo de dos estudiantes más que eran sus mejores amigos, una ninja del clan Hyuga y uno del clan Jikori, su grupo era de los mejores en la escuela y eso le gustaba tanto a Shonell como a sus amigos, el grupo cada vez estaba más unido.
Pero las cosas no iban del todo bien, para la familia de Shonell, pues la gente de su villa veía a sus padres como monstruos, o hechiceros extraños, y no se fiaban de sus curaciones así que empezaron a perder clientes y eso fue malo para la humilde clínica que regentaban.
Un día... muy a su pesar decidieron irse de esa villa y escogieron el país de Konoha, un lugar donde los Aburame si que estaban bien vistos y seguro que su hijo seria acogido con las manos abiertas.
Esa misma tarde cuando Shonell llego de la escuela sus padre le esperaban en la sala de estar.
-Hijo debemos hablar contigo, lo que te vamos a contar no te va a gustar, pero... es lo mejor para todo, pues es la necesidad de nuestra familiar.
Shonell con los ojos llenos de lágrimas, miro a su padre, su madre llevaba en brazos a su hermana de 1 año, entonces Shonell le dijo.
-Dime papa, no se que pasa, pero... explícamelo...
Su padre le revolvió un poco el pelo y lo levanto en el aire mientras le decía.
- Hijo lo hemos debatido mucho tu madre y yo, y hemos decidido que lo mejor es que ahora mismo nos vayamos a Konoha, ahí harás nuevos amigos y continuaras tu entrenamiento, pero lejos de aquí, los padres de tus amigos ahora mismo se lo están diciendo, pero esperamos que lo entiendas.
Shonell, empezó a llorar, pero en cierto modo lo entendía, pues con su hermana y el necesitaba la familia mucho dinero y aquí no lo encontrarían y el lo sabia.
-Bien para nos ponemos en marcha?
Por fin llegaban a konoha, villa de oportunidades para una familia del clan aburame, habían escuchado fantásticas historias, sobre lo que en esa villa acontecía, sobre los magníficos lugares que allí se encontraban, sobre sus gentes, y la apertura de mentes de sus ciudadanos, cierto era todo, fueron acogidos como uno mas y no como refugiados, el negocio de la familia era necesario y fácilmente encontraron sus padres un hospital para trabajar, y una guardería para su hermana pequeña, y un colegio para el.
Shonell había madurado mucho des de que habían abandonado su villa natal, sus raíces, sus amigos, entendía completamente lo que sucedía, por que se habían ido, y lo mas importante que el núcleo familiar es lo mas importante, y el debía de ser fuerte no solo consigo mismo, si no demostrarle a su hermana que lo era, y que ella también debía de ser fuerte, y no derramar mas lagrimas.
La Dureza de una nueva vida.
La verdad es que a veces se sentía algo solo, no hace falta recordar que Shonell aun era un niño y seguro que la familia estaba preocupada por el…pues aun era muy joven para estar tanto tiempo entrenando e intentando demostrarse a si mismo que algún DIA llegaría a ser como su padre, debía de ser fuerte enseñarle a todo el mundo que por mucho que nadie lo viese el seguía estando ahí, demostrando cada día que podía superarse.
Shonell siempre había sido un niño especial, ya des de muy pequeño había notado que algo era diferente en el, que no era un niño como los demás, por suerte su padre ya des de pequeño le empezó a enseñar y a explicar lo que significaba ser un Aburame.
Su padre también era ninja, y le enseño todo aquello que el había aprendido, pues sabia que Shonell nunca seria un gran medico, pero que podría llegar a ser un fabuloso ninja, en cambio su hermana seguro que seguía con la saga familiar y la rama de la medicina, mas calmada que Shonell era ella Mushio, la bella Mushio.
Ahora ya han pasado 12 años de la vida de Shonell y se ha convertido en un verdadero aprendiz de la magia de los insectos como el le llama, cierto es que no tiene el talento de los grandes de su clan, pero sabe que algún día será de los mas grandes y hará cualquier cosa para conseguir el respeto de la su villa y consigo el de su familia.
Sus padres por suerte les había sido más sencillo centralizarse en la nueva vida, aportando su granito de arena a la nueva sociedad de Konoha, rápidamente hicieron amigos, en su lugar de trabajo, pero también rápidamente se fueron distanciando de sus hijos, pues el trabajo les suprimía algunas horas importantes en la progresión de la vida familiar.
No era oro todo lo que relucía en la familia de Shonell Aburame, pero por suerte todo se puede coger a tiempo, y así mismo sucedió en aquella familia, una tarde cuando los niños se encontraban en casa y la canguro cuidaba de ellos, picaron a la puerta, gracilmente, Shonell fue abrir la puerta y cual fue la mayor sorpresa del pequeño al ver a sus abuelos paternos en la puerta, los dos ya eran muy mayores, pero aun se sentían vivos y mas aun cuando podían ver a su nieto sonreír y abrazarles fuertemente, gateando des de detrás se podía ver a una pequeña cabecita de una niña, que con lágrimas en los ojos, se lanzo hacia los abuelos, pues ya hacia mucho tiempo que no los veían, pues aun Vivian en su antigua villa y solo podían venir para navidad y alguna que otra fiesta selectiva.
Ahora ya hace unos meses que toda la familia vive en una armonía ancestral, incluso pocas veces recuerdan su pasado, para ellos ahora ya son ciudadanos de Konoha.
La Tristeza de la Soledad.
Hacia ya bastante tiempo que la familia Aburame había llegado a Konoha, todo estaba fructiferando a pasos agigantados, parecía que nada podía salir mal, pues gracias a los abuelos, los padres de shonell y mushio podían estar más rato en trabajo, para así poder llevas más yenes a su unión familiar, y satisfacer y mejorar su ámbito social.
Pasaron unos años, hasta que extrañamente los dos ancianos enfermaron, pero no se conocía origen alguno de tales síntomas, pero francamente, la edad podía ser uno de ellos, pues ya los dos tenían mas de noventa año, al cabo de muy poco tiempo como si, el ultimo suspiro de el aire se usase para cerrar aquella puerta que nunca mas se abriría, la luz que emanaba de las vidas de esa pareja de ancianos se apago, para nunca mas encenderse.
Shonell postrado por tal desenlace, acuclillado al borde del lecho de muerto de sus ancianos abuelos, no dijo nada, solo cerro los ojos, suspiro, y dejo que empezara a llover en su interior, al lado su hermana, cogió la mano de su hermana mayor, una mano temblorosa, arraigada fuertemente a las sabanas de la cama, como si no se quisieran separar jamás de sus abuelos, y lloro tranquilamente, dejando fluir las lagrimas por sus mejillas, sus labios, sin ningún tipo de pudor.
Mas atrás, como en un segundo plano, como si el momento que allí acontecía era solo para los mas pequeños de la casa, se encontraban, sus padres, abrazados, también el silencio inundaba sus corazones, pues muy bien tampoco sabían que decir, que hacer, como actuar, pero lo que si sabían es que sus ancestros deseaban que fueran fuertes y que ayudasen a los pequeños de la casa en todo aquello que pudieran.
La vida cambio drásticamente en el seno familiar, los padres deseaban buscar algún tipo de cura, para aquella enfermedad, que había arrebatado la vida, de aquellos ancianos, Shonell, se había encerrado aun mas en su interior, buscados respuestas a preguntas que a su corta edad aun no se había formulado, de esta forma, fue perdiendo algunos amigos, pues un mas parecía estar ausente a todo aquello que acontecía a su alrededor.
Mushio por su parte, parecía la fuerte de la familia, continuo hiendo a la escuela elemental, ayudada por sus profesoras, intento salir anímicamente hacia delante, pero en su interior, en el corazón aun guardaba una pequeña espina clavada, pero gracias ese trágico desenlace, des de ese día, Mushio decidió intentar algún día llegar a ser ninja medico como sus padres.
Nuestro joven estudiante, continuo o al menos intento continuar con sus estudios básicos, intentando mejorar cada día, en cada momento, para llegar a ser un ninja, y así demostrar a sus fallecidos abuelos, que algún día, el seria como ellos deseaban que fuera, un ninja respetado y feliz.
Al poco tiempo, de la muerte, por suerte, Shonell vio un poco de luz, en una concurrida noche.
Era de noche, llovía muy lentamente, el goteo persistente no dejaba dormir a la familia de Shonell, pero esa noche era un muy especial, puesto que unos días antes había sido aceptado para ir a la prueba para a lo mejor convertirse en Gennin
Todo aquello por lo que había luchado estaba siendo recompensado, des de que huyeron de su villa para recalar aquí, en la hermosa villa de Konoha, la villa de la hoja, donde todo es perfecto al menos para su familia.
Shonell soñaba con el día que se entero que era aceptado, es un sueño tranquilo y lo demuestra la sonrisa de sus labios, esta vez a su lado un insecto algo mas grande esta vigilando o a lo mejor dormido, eso nadie lo sabia, menos el propio insecto.
En el sueño se ve a Shonell llegando del colegio cogiendo de su mano a su hermana la bella Mushio, mientras va caminando y tarareando una canción de su antigua patria, y su hermana en ese instante le mira a los ojos y le dije.
- Shonell... que es esta canción que tarareas, recuerdo cuando mama me la cantaba para dormir, pero de donde es?
Un manojo de lagrimas afloraron en los ojos de Shonell, pero gracias a sus gafas nadie lo podía ver.
- Mushio cariño... esta melodía que canto es una nana de nuestra villa, bueno nuestra antigua villa, bueno tu se podría decir que naciste aquí, pero yo no, y aun la recuerdo y gracias a esta nana, nunca la olvidare.
Mushio sonrió, y me miro a los ojos, pues había que estaba llorando me apretó fuerte la mano y me dijo.
- Que paso? Por que nos fuimos de ahí? Es que teníamos problemas?
Shonell se paro y se puso a la altura de su hermana, bien te lo diré.
- Ahora hará unos 4 años cuando yo tenia 8 años y tu no habías ni nacido, papa y mama trabajaban en el hospital pero... la gente los miraba mal creían que los insectos eran malos era brujería y cada vez los miraban mas mal... Yo no lo recuerdo pero eso es lo que dice papa...
Entonces decidieron dejarlo todo y llegar a Konoha, tú en esa época ya tenías 1 o 2 años, y por eso tu solo conoces Konoha.
A Mushio se le empezó a caer una lágrima que Shonell seco con sus manos, pues no quería ver a su hermana llorando, eso le ponía muy triste.
-Mushio sonríe piensa que ahora somos mucho mas felices, tu tienes muchos amigos y yo, bueno estoy haciendo progresos, pero seguro que dentro de poco todo cambiara ya lo veras...
Mushio sonrió y abrazo a su hermano.
- Tete no sabría que hacer sin ti.
Shonell cogió a su hermana y se la puso arriba en los hombros, suerte que aun no pesaba mucho, y empezó a correr dirección a su casa.
-YUPIII!!!!!!!!!!! iba chillando su hermana mientras Shonell corría como un loco, mientras todo el mundo lo observaba...
Al llegar a su casa, su madre y su padre estaban cabizbajos en el humilde salón que poseían, al verlos entrar su padre le dijo.
-Shonell ven aquí, hay algo muy importante que te tenemos que decir...
Shonell se asusto puesto que la ultima vez que los vio así, fue para decirles que se iban de su villa hasta Konoha, y eso no lo quería recordar puesto que le ponía muy triste, y no quería recordar a su amigo que había dejado, cierto es que aquí no tenia muchos amigos, ciertamente no tenia ninguno, pero todo llegaría, eso seguro.
Shonell se sentó en el sillón mirando a sus padres con los ojos llorosos, pues se pensaba que le iban a decir que se volvían a ir...
Que...que... pasa...papa, nos....volve...mos....a....ir ? Dijo Shonell entre sollozos...
-No, solo te vas tu hijo, te vas hacer una de las cosas mas importantes que han echo los miembros de esta familia, así que espero que hagas las cosas bien y no nos defraudes.... Su padre estaba serio, muy serio.
-Pero... que pasa... ? Le recrimino Shonell a su padre.
-Creo que aun eres muy joven, pero has sido seleccionado para ir a la prueba Gennin FELICIDADES HIJO!!!! Grito con mucha pasión su padre mientras lo abrazaba y lo levantaba varios centímetros del suelo.
Toda su familia empezó una buena fiesta, cena por todo lo grande y empezaron los regalos y los más especiales los de su hermana.
Su hermana en media cena se levanto fue a su cuarto y después trajo 2 paquetes uno mas grande que otro.
-Ten, son para ti tete con todo mi amor y mi cariño. Dijo Mishio con una gran sonrisa en su cara.
Shonell no pudo esperar y abrió el mas pequeño, ahí había un precioso boomerang, era de color verde y azul y parecía que estaba pintado a mano por el sutil tacto que se podía ver el dibujo , después abrió el otro y allí un nuevo anorach de color grisáceo con una bonita capucha.
Mushio son... son preciosos.... GRACIAS. Decía mientras le daba dos besos y un enorme achuchon entre sus brazos.
Después su padre y su madre le trajeron dos cajas más.
- Hijo lo que hay aquí ha pertenecido a mi cuando tenia tu edad y lo guarde con cariño para que el día de la prueba lo lleves puesto. Le dijo su padre con una gran sonrisa en sus labios.
Shonell abrió la caja y vio una camisa de cuello alto de color negro, era increíble, era... magnifica, se la puso corriendo... le quedaba perfecta.
Su madre le dio la otra caja mientras decía.
-Cariño esto es un gran regalo, pero desee que lo cuides, pues es lo que mas vas a usar.
Shonell abrió la caja y había unas sandalias, eran algo diferentes, pero no se las quiso probar.
-Madre gracias, pero no, me las puedo permitir, aun no estoy preparado para llevar las sandalias del abuelo, espero que lo comprendas.
La madre asintió y sonrió mientras le dijo.
-Sabia que te darías cuenta. Cuando estés preparado úsalas.
Después de los regalos, se fueron a dormir y ahí empezó la lluvia la fina lluvia.
Al día siguiente se despertó y se dirigió hacia el lugar de la prueba, con una sonrisa en sus labios mientras se veía que estaba totalmente eufórico por sus nuevos regalos.
