Era un día normal la aldea del Sonido, una aldea pequeña pero con un único objetivo lograr ser reconocido como una gran nación como las demás aldeas, a pesar de ser pequeña en ella hay varios lugares que hace que logre sobresalir, estos lugares se caracterizaban por ser los más peligrosos en todo el país.
Un joven de complexión delgada, alto, de cabello encrespado, negro, hasta la nuca, su tez blanca apiñonada, se dirige hacia uno de los lugares más salvajes de puede existir en la aldea del Sonido “El bosque Maldito” lugar donde las más temibles fieras habitan, bestias experimentos con animales se encontraban ahí no cualquiera podía entrar ahí. Este joven era un Anbu de la Aldea del Sonido y se dirigía a aquel lugar en busca del Otokage.
Aquel joven por fin llego al punto de encuentro y noto que el Otokage no había llegado que quedra Lord-Sama porque me habra llamado de esta forma penso aquel joven mientras busco un buen lugar donde poder sentarse mientras esperaba, observo aquel lugar era un bosque fascinante los rayos del sol entraban de una forma muy peculiar hacia que todo aquel lugar pareciera mágico.. Espero unos minutos más hasta que por fin vio que el Otokage se aproximaba al punto de encuentro al llegar ante el aquel joven solo dijo.— Lord he acudido lo más pronto a su llamado dígame en que le puedo servir. — dijo el joven haciendo una pequeña reverencia ante su presencia...
Un joven de complexión delgada, alto, de cabello encrespado, negro, hasta la nuca, su tez blanca apiñonada, se dirige hacia uno de los lugares más salvajes de puede existir en la aldea del Sonido “El bosque Maldito” lugar donde las más temibles fieras habitan, bestias experimentos con animales se encontraban ahí no cualquiera podía entrar ahí. Este joven era un Anbu de la Aldea del Sonido y se dirigía a aquel lugar en busca del Otokage.
Aquel joven por fin llego al punto de encuentro y noto que el Otokage no había llegado que quedra Lord-Sama porque me habra llamado de esta forma penso aquel joven mientras busco un buen lugar donde poder sentarse mientras esperaba, observo aquel lugar era un bosque fascinante los rayos del sol entraban de una forma muy peculiar hacia que todo aquel lugar pareciera mágico.. Espero unos minutos más hasta que por fin vio que el Otokage se aproximaba al punto de encuentro al llegar ante el aquel joven solo dijo.— Lord he acudido lo más pronto a su llamado dígame en que le puedo servir. — dijo el joven haciendo una pequeña reverencia ante su presencia...