¡Lazos del Corazón! [2/3]

Una abertura se formo en aquella habitación sobria y cuyas paredes estaban formadas con huesos. Una joven de castaños cabellos salio de ella e inmediatamente se cerro; sus ojos miel inspeccionaron el lugar en busca del dueño de la misma, pero fue en vano estaba vacía. Su rostro reflejaba ira, ira que iba ser desatada contra la primera alma que se atravesara en su camino o en su defecto la perfectamente tendida cama que tenia frente; se lanzo contra ella arrancan las sabanas y destrozando las almohadas; fuera preferido que en vez de objetos inanimados fuera sido una persona para escucharla pedir clemencia, y ver su sangre fluir, eso si la calmaría al instante. Cuando se canso, o más bien se acabaron las almohadas, se abalanzo hacia la puerta descubriendo un gran pasillo que camino como si antes lo hubiera franqueado. El lugar era grande por lo que encontrar a la persona que buscaba le resultaría difícil por lo que empezó a gritar su nombre como loca, atrayendo la atención de los habitantes de aquella fortaleza…

- ¿?: Tobi, Tobi, Tobiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – gritaba molesta - ¿Dónde estas? Ven acá ahora… Tobiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – ante sus gritos llego un joven de rojos cabellos y mirada verdosa.

- ¿?: ¿Quién eres tú? ¿Cómo lograste entrar a la Fortaleza del Clan Kaguya? Ese ha sido un grave error… - la interrogo confundido; jamás había visto a esa chica en la aldea y menos en compañía del Ninja al que llamaba con tanta insistencia.

- ¿?: ¿Cómo que quien soy yo, Kyoshi? No estoy de humor para tontos juegos… ¿Dónde esta Tobi? – le respondió muy molesta, pero el chico seguía viéndola confundido.

- Kyoshi: ¿Cómo sabes mi nombre? No se quien eres en mi vida te he visto… tampoco se lo que quieres con Tobi-senpai pero si no me dices ahora mismo quien eres terminaras en los calabozos… - hablo dudando levemente; esa chica parecía conocerlo bien pero él a ella era la primera vez que la veía; algo no estaba bien.

- Fuu: Kyoshi quítate de mi camino sino quieres terminar congelado adornando mi jardín – amenazo ya con su paciencia al limite importándole poco si era un amigo o no.

- Kyoshi: Ya te dije que no sé quién eres, así que no te dejare andar por la fortaleza de mi clan como te dé la gana – escupió furioso por las palabras altaneras de la mujer castaña. Saco un kunai bañándolo con su chakra preparándose así para atacarla, cuando de pronto una voz lo detuvo.

- ¿?: Kyoshi detente – ordeno llamando la atención del pelirrojo.

- Kyoshi: Tobi-senpai pero esta mujer se ha atrevido a entrar sin permiso al territorio del clan y además me amenazo debe pagar por su atrevimiento, déjeme encargarme por favor – explico con respecto a su líder mientras la castaña clavaba sus ojos miel en el hombre que acababa de aparecer.

- Tobi: ¿Desde cuándo tratamos así a nuestros aliados, Kyo? – pregunto a su subordinado.

- Kyoshi: Pero a esta mujer nunca la había visto – se defendió ante el cuestionamiento de su líder.

- Tobi: ¿A no? – rio acercándose a un florero que estaba en el pasillo y vaciando su contenido en la castaña que no se esperaba esa acción.

- Fuu: ¿Sabes que he matado por menos de eso? – musito molesta mientras que el efecto de la poción al mojarse se anulaba, dejándola con su apariencia normal. Kyoshi trago saliva al ver los azules cabellos de la mujer y su pálida piel.

- Tobi: Jajaja, Fuu-chan… nunca me matarías, aunque pudieras se que no lo harías – le dio una palmadita en la espalda.

- Kyoshi: Fu..Fuu-senpai… - susurro sabiendo que por el carácter de la mujer mínimo terminaría con hiportermia por haberla tratado así – Lo siento no sabía que era usted… - se disculpo viendo a su líder.

- Tobi: No te disculpes Kyo, además quien lo sabría… - le dijo dándole la espalda a Fuu y haciéndole una seña con su mano para que se fuera, orden que acato rápidamente.

- Fuu: Me las pagara después – balbuceo cuando el pelirrojo desapareció, luego recordó porque estaba ahí – Tobi-kun es peor de lo que me imagine, de lo que nos imaginamos… esos estúpidos kohoneanos… - dijo al de la máscara que por sus expresiones corporales se notaba algo confundido.

- Tobi: ¿Qué paso Fuu-chan? No puede ser tan malo – trato de animarla pero la chica se veía realmente desalentada.

- Fuu: Es que no lo tiene el tonto zorro, sino otro ninja que en mi vida había visto… debe ser algún chunnin que se lo encontró por casualidad…

- Tobi: Pero así es mejor, mátalo y listo… no creo que tu joya lo acepte, no a un patético ninja de ese nivel – comento muy relajado.

- Fuu: Tobi-kun no entiendes – Lo tomo por los hombros y lo zarandeo – Ya no es blanca, está casi roja, ROJA!! – repitió para hacer énfasis sin dejar de sacudirlo - ¿Sabes lo que significa? Que ya lo ve como su dueño, que le encanta su chakra y que será mucho más difícil que vuelva a mi… - sus manos empezaron a congelarse.

- Tobi: Fuu-chan te estas enfriando… ¡Cálmate! – le exigió mientras se soltaba de su agarre – Sigue mi consejo mátalo, y listo… es solo una piedra traga chakra… no le importara… - propuso ganándose un jalón de cabello por parte de la peliazul.

- Fuu: Sabes que no es así de fácil… Princess es una piedra especial… en ella según su leyenda reside una parte del alma de una princesa que para mantenerse en este mundo debe consumir energía, a cambio de cumplir tu deseo más profundo… Aun no pido mi deseo, y ella ya consumió mucho de mi chakra… - lo ultimo casi lo susurro; no quería parecer egoísta frente a su mejor amigo.

- Tobi: Eso te paso por no pedirlo al principio… – se burlo sutilmente no quería molestarla más de lo que estaba. La mujer solo le vio seriamente para luego darse media vuelta.

- Fuu: Solo debo hacer que el ninja de konoha me la regale; seguiré el mismo plan que con José solo que este cederá mas rápido porque no me cae de la patada como el tonto kyubi – sentencio decidida a acercarse al joven pelinegro que había conocido con las más claras intenciones de hacer que este le entregara por voluntad propia su joya – Siempre me sirve mucho hablar contigo… gracias Amigo… - volteo su cabeza para sonreírle amablemente y luego con un par de sellos desapareció con su jutsu de tiempo-espacio. Tobi solo suspiro ante la idea poco sangrienta de su compañera de maldades.

Fuu llego a su habitación en el Castillo de Hielo; ahí paso tratando de convencerse a ella misma que sería muy fácil engañar al desconocido shinobi. Parecía que se iba a quedar sin vida de tanto suspirar; una parte de ella se negaba a recuperar su prenda de la forma tan civilizada que extrañamente se había propuesto pero por otro queria hacerlo sufrir por ladrón, matarlo como le aconsejo Tobi. Dio tantas vueltas en su cama y su habitación que no se percato que el sol ya estaba saliendo anunciando un nuevo día en los dominios de su clan y de su país. Después de comer algo, se encerró de nuevo en su cuarto, no sin antes decir que no deseaba que la molestaran por nada del mundo no porque se sintiera mal o algo similar sino porque se teletrasportaria a la Hoja y no quería que nadie se enterara que no estaba en la Niebla.

Sin pensarlo busco la botella que contenía el elixir que la hacía cambiar de forma; bebió parte de su contenido sin ni siquiera saborearlo. En cuestión de segundos era otra persona, castaña y de ojos miel, sin duda muy diferente a su apariencia real. Realizo sellos, desapareciendo de su hogar y apareciendo dentro de Konoha, en un callejón donde nadie la podría ver. Salió del lugar mezclándose con la gente, al final de cuentas parecía una kohoneana mas.

- Fuu: Ahora solo debo encontrarlo… ¿Pero cómo? – se pregunto internamente mientras caminaba por las largas calles.

Si bien sabia donde estaba el Clan Uchiha no sabía donde hallar al chico que tenia a Princess; nada le aseguraba que fuera un Uchiha es mas ella no creía que fuera un Uchiha. Algunas horas pasaron desde que empezara su búsqueda que lamentablemente no tenia resultados positivos, no había visto al nuevo dueño de su joya. ¿Dónde estaba metido? Se pregunto más de una vez; Después de todo al no estar en su libro bingo significaba que no era un ninja poderoso por lo que solo debía estar cumpliendo misiones triviales dentro de su aldea entonces ¿Por qué no lo encontraba?
Estaba harta de buscar por lo que termino sentada en una banca, frente a un parque lleno de pequeños kohoneanos que algún día crecerían y eventualmente parecerían ante la Niebla que era mil veces mejor que esa aldea. Suspiro aburrida, si seguía así se iba a quedar sin suspiro. ¿En las últimas horas cuantos suspiros habían dejado sus labios? Perdió la cuanta cuando sobrepasaron los 200. Con sus manos revolvió su castaño cabello para luego inclinar su cabeza hacia atrás encontrándose con el azul del cielo. Cerró sus ojos involuntariamente mientras la luz evitaba que viera todo tan negro.

Minutos después sintió como la luz se iba, quizás una nube se había interpuesto entre el sol y la aldea... esa hipótesis se fue tan rápido como vino cuando escucho la respiración de alguien, una respiración muy cerca. Abrió sus ojos encontrándose con los penetrantes ojos negros de aquel que estuvo buscando todo el día; estaba detrás de ella inclinado hacia delante con una extraña sonrisa plasmada en su cara. Fuu le dedico una mirada de pocos amigos pero después se acordó que no debía hacerlo por lo que le sonrió de una manera que parecía muy forzada.

- Fuu: ¿Acaso en tu tiempo libre eres sombrilla? – dijo irónicamente; aunque intentara ser amable no podía, le salía natural ser hostil con los miembros de ese País. El chico no dijo nada, solo mantenía su rara sonrisa.

- Lord Orochimaru: A veces… - respondió tranquilamente, enderezándose para enfocar sus orbes negros en los niños que jugaban a lo lejos – Parece que tu especialidad es espiar a otros, ayer con José Uchiha… hoy con esos pequeños niños – musito sin perder su sosiego, cosa que no hizo la joven que se levanto vertiginosamente para señalarlo con el dedo acusador.

- Fuu: ¡Yo no espiaba a José! – le recrimino muy molesta; jamás espiaría a su enemigo – Además yo estaba aquí antes que esos nenes llegaran, así que no los estoy espiando… ni siquiera veía hacia allá. Ese eras tú… - le dijo sin dejar de señalarlo. El chico solo sonrió ante la manera infantil de responder de la castaña.

- Lord Orochimaru: Claro, claro… sabes conozco a José podría presentártelo… - le miro de reojo para percatarse como la mujer inflaba sus mejillas muy molesta, esa actitud solo lo divirtió aun más.

- Fuu: ¡Cállate! No necesito conocerlo – le respondió molesta, le bastaba con lo poco que conocía al ninja no necesita más - ¿Quién no lo conoce? – murmuro aun poco más calmada; era un ninja muy famoso en el mundo shinobi por lo que cualquiera sabría quien era.

- Lord Orochimaru: No de esa manera general a la que te refieras – hablo tranquilizadamente.

- Fuu: ¿Entonces cual? – cuestiono confundida porque no sabía a qué se refería el muchacho. Lo vio sonreír de nuevo con su particular rareza.

- Lord Orochimaru: Es mi hermano, por eso te digo que puedo presentártelo… en la forma en que se que quieres… - su voz al final llevaba un tono algo juguetón; se había dado cuenta que a la chica no le gustaba que le nombraran a su hermano mayor pero los gesto que hacia cuando se molestaba le causaban mucha gracia.

- Fuu: ¡Por enésima vez! No-lo-quiero-conocer- ¿Cómo quieres que te lo diga? La próxima traigo mis creyones y te hago un dibujo – se cruzo de brazos al tiempo que volteaba sus ojos miel hacia el cielo.

- Lord Orochimaru: Te creeré… ¿Dime cómo te llamas?

- Fuu: ¿Mi nombre? – repitió un poco atragantada. No le podía decir que era Fuu, seria delatarse ella solo…

- Lord Orochimaru: Si el tuyo… ¿Acaso no tienes un nombre? – le miro con una de sus cejas alzadas.

- Fuu: Si tengo, es muy bonito… yo me llamo – hizo un largo silencio tratando de pensar en un buen nombre… pero nada se le ocurría por lo que dijo lo primero que le vino a la mente – Yuki… si me llamo Yuki - sonrió satisfecha, aunque Yuki era el nombre de su clan nadie sospecharía de que pertenecía a él, no con las características que poseía en su transformación.

- Lord Orochimaru: Yuki… si es bonito, aunque no muy común por el país del fuego pero siempre hay excepciones… supongo – juzgo seriamente, borrando su media sonrisa – Soy Lord Orochimaru… Uchiha… encantado Yuki – se presento educadamente lo cual sorprendió a la peliazul ya que no creía que en esa aldea tuvieran el más mínimo sentido de la cortesía.

- Fuu: Tenemos modales - murmuro con tono casi imperceptible mientras entrecerraba sus orbes sin dejar de ver al chico – Entonces Lord Orochimaru Uchiha… Dios esta largo tu nombrecito – bromeo mientras reía un poco; su comentario no pareció incomodar al pelinegro.

- Lord Orochimaru: Eres la primera que lo dices pero viniendo de una de las fans de mí hermano, que más podría esperar – dijo con total indiferencia, molestando a la chica por el punto débil que parecía tener y que no le importaba en ocultar.

- Fuu: Íbamos muy bien, tenias que recordar al tonto ese – se giro dándole la espalda al tiempo que cruzaba sus brazos a la altura de su pecho.

- Lord Orochimaru: ¡Que sensible! – susurro con suficiente fuerza para que la muchacha lo escuchara.

- Fuu: ¡No soy sensible! – le grito volteándose vertiginosamente clavando su mirada en el joven que al ver su reacción no pudo mas que estallar en risas – ¡No te rías! – le recrimino a punto de congelarlo vivo pero se contuvo.

- Lord Orochimaru: ¿Cómo no reírme? Eres graciosa - dijo limpiando una lágrima imaginaria en su ojo.

- Fuu: Sabes creí que eras diferente José pero veo que son igualitos – comento de manera muy seria haciendo que el chico dejara de reír.

- Lord Orochimaru: Yo no me parezco a mi hermano, a ninguno de ellos – musito mirando fríamente a la joven castaña, que le intimido levemente la reacción del chico.

- Fuu: Si te pareces… Eres un Ninja, su color de cabello y ojos son iguales – enumero utilizando sus dedos.

- Lord Orochimaru: No sabes nada; el exterior solo es una coraza para lo que en realidad somos… pero que podría esperar, dudo que alguien en este mundo logre comprender mi forma de pensar y lo que verdadermente quiero lograr – concluyo dándose media vuelta decido a irse.

Fuu solo lo observo alejarse; sus palabras causaron en la joven kunoichi de la Niebla que redefiniera el concepto que poseía de él; quizás al final no se parecía a sus hermanos ni a nadie dentro de la aldea que tanto odiaba, Konoha. La chica pudo haberlo detenido para seguir intentando ganarse su confianza para así recuperar su joya pero ya habían pasado muchas horas y la poción de transformación estaba por finalizar por lo que regreso a su País, con ayuda de su jutsu tiempo-espacio.

La noche pareció transcurrir lentamente; la peliazul no dejaba de dar vueltas en su cómoda cama. Sus pensamientos solo se enfocaban en las palabras que Lord Orochimaru le había confesado sin saberlo. Él no parecía sentirse a gusto en su aldea, era como si no encajara en ella. ¿Cómo podría concebirse así si ese era su hogar? Tal vez no era tan ajena a ese sentimiento, ella algunas veces quizás había emanado lo mismo, solo porque en la Niebla, a pesar del odio que profesaban a la Aldea de Konoha, la limitaban a no atacarlos si no era conveniente todo por las tontas reglas y tratados entre las naciones. ¿Podrían en eso parecerse ambos ninjas?

Después de ese día los encuentros entre ambos se volvieron más y más frecuentes. Sin duda tenían cosas en común que hacia fácil el convivir y desarrollar su amistad. Aunque la chica odiara a los de su aldea. Tres semanas pasaron desde que Fuu comenzó su plan para recuperar su joya mágica pero con el transcurso del tiempo y las gratas charlas con el joven Uchiha era algo que se le había olvidado poco a poco; la verdadera razón para estar en el lugar que más destetaba sobre la faz de la tierra shinobi.

Para los miembros de ambos clanes tampoco pasaron desapercibidos los sutiles cambios en sus dos miembros. Primero el Clan Uchiha cada vez veía menos al menor de la rama principal, aparte que cuando era divisado su actitud de completa frialdad alejaba a todos… era como si no los necesitara, no desde que parecía tener alguien mas; esa actitud algo soberbia de Lord, que se había mantenido dormida, preocupaba a sus hermanos que creían que desde hace años el mas dotado de los Uchiha’s había dejado esa extraña aura de aislarse de los demás.

Los miembros del Clan Yuki notaban en su líder una actitud un poco mas sosegada, muy distinta a la explosiva que siempre solía tener. Sus visitas a la aldea eran menos frecuentes y los encuentros con su homologo del clan Kaguya también. Muchos pensaron que estaban enojados y por ello las reacciones diferentes de Fuu.

La mañana en el País de la eterna primavera era realmente hermosa; toda clase de vida silvestre se captaba por doquier. Entre uno de los múltiples bosques frondosos de esa nación tres ninjas de la Aldea Oculta entre la Niebla se hallaban en las ramas, planeando su próximo movimiento. Uno llevaba una mascara naranja, otro una gran espada y la tercera era una kunoichi de larga cabellera azul.

- ¿?: Hemos terminado… ¿Ahora que haremos? – comento aburrido el de la gran espada.

- ¿?: Miguel ve el lado positivo, ahora podremos hacer otras cosas. Como disfrutar de este país… - comento el chico de la máscara no muy convencido – Demonios, estúpidos ninjas de la Arena que no aguantaron mas de tres minutos… - se quejo recordando la misión que acababan de concluir.

- Miguel: Tobi-sensei… deberíamos regresar así me dedica un entrenamiento especial – le sugirió a su maestro, emocionado por el simple hecho de entrenar con el gran espadachín.

- Tobi: No tengo ganas de entrenar… yo quería pelear con otros ninjas – dijo emitiendo un profundo bostezo.

- Miguel: ¿Yo no soy otro ninja? – comento fingiendo molestia por el comentario de su maestro.

- Tobi: Sabes que no me refería a eso, Migue-chan… - se defendió volteando a ver la a chica que se había mantenido callada - ¿Pasa algo Fuu-chan? – le pregunto a su amiga.

- Fuu: No, nada… Creo que debemos irnos – comento ansiando volver rápido a su castillo; no solía viajar grandes distancias desde que había perfeccionado su jutsu de tiempo-espacio.

De pronto Tobi y Fuu voltearon hacia la misma dirección; algo se acercaba a donde ellos se localizaban, por haber ocultado su presencia quizás las personas que por la rapidez se delataban como shinobis no los habían sentido. Fuu se oculto rápidamente y Tobi tomo a Miguel por el brazo e hicieron lo mismo. En menos de un minuto 5 ninjas vestidos como anbus llegaron a donde antes habían estado los tres neblianos. Los protectores en distintas partes de sus cuerpos delataron su precedencia, Konoha. Fuu miro a Tobi que a pesar de llevar una máscara pudo imaginarse la sonrisa que dibujaron sus labios.

Los anbus para su mala suerte se detuvieron entre los tres ninjas de la niebla, sin saber que estos estaban ahí. Tobi parecía que en cualquier momento saltaría contra ellos en busca de la emoción que tanto pedía. Aquellos ninjas de konoha parecian estar heridos, como si vinieran de una extenuante batalla con fuerzas enemigas. De un gran brinco Tobi se revelo con los kohoneanos, después fue seguido por Miguel.

- Tobi: Vaya, vaya que tenemos aquí… - comento de manera muy divertida al ver como ellos retrocedían ante la aparición de un Ninja enemigo.

- Miguel: Parece que tendremos diversión – pronuncio mostrando sus ganas de luchar.

- Anbu1: Maldición – susurro el que parecia ser el líder del escuadrón, ya que se puso al frente de los otros 4 – Sus protectores, son de la Niebla… - pensó viéndolos, dándose cuenta de sus origines.

- Tobi: 1, 2, 3, 4 y 5… Entonces será uno para Miguel, uno para Fuu-chan y tres para mí… jajaja – distribuyo emocionado.

- Miguel: ¡Sensei! Te quedas con mas… es injusto – le recrimino al espadachín.

- Tobi: Fuu no se queja así que tu no lo hagas – le dijo jalándole la oreja como manera de reprimenda.

- Anbu1: ¿Tobi? El líder del Clan Kayuga… ¿Miguel? Otro espadachín y… ¿Fuu? Líder del Clan Yuki…. Son tres grandes Shinobis, como estamos ahora no se si podrían salvarse todo el equipo – dedujo internamente dudando sobre si todo su equipo saldría con vida del combate.

- Fuu: Lo que faltaba, quizás no sea tan malo matar a un par de Kohoneanos – susurro desde el lugar donde estaba oculta.

- Tobi: Entonces me quedare con el que esta al frente, con el que tiene la máscara de conejito gay, y con la que parece chica deforme – eligió con los que combatiría, señalándolos y burlándose de cómo se veían.

- Fuu: Tobi-kun ¿Por qué eliges primero? Nunca has escuchado que primero van las damas – comento saliendo de donde estaba.

- Tobi: Fuu-chan no me salgas con eso ahora… - se quejo cruzándose de brazos.

- Anbu1: ¿Qué confiados son los ninjas de la Niebla? – comento alzando su voz para ser escuchados por el trío.

- Tobi: Cuando tenga tus entrañas en mis manos sabrás porque la confianza – le respondió trasmitiendo una increíble sed de sangre como solo los shinnobis de la Niebla podrían tener.

Fuu había quedado paralizada al escuchar lo voz de aquel Ninja. ¡Era imposible! Se repitió internamente; no podía ser él; de todos los ninjas en el mundo shinobi tenían que encontrarse con él. Su corazón pareció detenerse al imaginarse a Tobi matándolo de la manera mas cruel, debía hacer algo pero ¿qué? No podía dejar morir a su nuevo amigo… Lord Orochimaru. No sabía si era bueno peleando o no, nunca lo había visto pero no se arriesgaría a comprobarlo. La Kunoichi no podia ayudar a uno sin delatarse frente al otro, ahora estaba en una situación difícil… se encontraba entre la… Espada y la Pared.