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Pinky Swear III
Un bosque más, una misión más, un día más en la vida del Mizukage. Su cabello morado contrastaba con el negro y gris de su vestimenta, la típica de los anbus. Había sido llamado por el mismísimo señor Feudal para que realizara en persona esa encomienda, el traslado de un pergamino desde el país del agua hasta el país de la tierra. Por lo general ese tipo de misiones se las dejaba a sus shinobis de elite pero en esta ocasión el político había sido enfático en que debía ser el Mizukage quien fuese el encargado de llevar el papel.
- Ellos creen que debemos hacer lo que les plazcan, estúpidos ancianos ¿Acaso no pueden entregar su correspondencia ellos mismo? – se quejaba el chico mientras llegaba al borde de un frondoso bosque.
Tobi, nombre del Mizukage, ya había realizado la misión ahora se encontraba camino de regreso a su aldea sin embargo desde esa absurda petición había tenido un naciente y cada vez más grande presentimiento, un muy mal presentimiento. Con cada paso, con cada conjetura se daba cuenta de lo incoherente que era misión, sobretodo porque se pidio concretamente que fuese el Mizukage quien la ejecutara. ¿El traslado de un pergamino? Por más secreto que fuese ese pedazo de papel sin duda alguna no requería al ninja más poderoso de la aldea para ser enviado.
- Por lo menos hace un precioso día – musito, tratando de no pensar en la rara situación en la que se hallaba; quizás no era nada… quizás era mucho.
Con su pensamiento positivo se internó en el bosque. Toda esa a conglomeración de plantas fuesen hecho que cualquier civil en vez de atravesarlo lo rodeara pero para un ninja, uno de su status no era problema simplemente saltaría de rama en rama hasta salir como lo hizo en su camino días atrás.
Con salto y salto, se internaba más en el bosque sin percatarse de que en el cielo nubes negras se juntaban a una velocidad realmente increíble para tratarse de un evento natural. No habían pasado más de 5 minutos dentro del bosque cuando la lluvia dio inicio. Al principio las gotas no podían franquear los grandes doseles pero solo fue cuestión de tiempo para que pasaran hasta terminar en las hojarascas que formaban el suelo.
- ¿Lluvia? – se preguntó el shinobi mientras se detenía y extendía su mano con la palma abierta para que una gota cayera sobre esta – Y hace solo minutos había sol, seguro es el calentamiento global… - dijo como chiste para reírse un poco, sin embargo sabía bien que algo estaba pasando, algo se gestaba a su alrededor… por esa razón se detuvo pero no sintió a nadie – Tal vez solo este paranoico… - afirmo suspirando pesadamente para volver a su marcha.
Antes de que saltara a la rama más cercana el sonido de un kunai lo hizo agacharse para esquivarlo, el arma choco contra el árbol más cercano y exploto. Tobi dirigió su mirada hacia el lugar de dónde provino el ataque pero antes de poder hacer algún movimiento una hermosa joven de cabellos largos y de color lila se lanzó sobre él, golpeándolo en el estómago e inevitablemente enviándolo hasta el suelo. El pelimorado aterrizo con destreza, llevando una de sus manos hasta su estomagado producto del dolor.
- Te daré una pista… solo hay una forma en que puedas vivir un poco más… con las espadas… - dijo la fémina mientras formaba rápidamente sellos con sus manos y lanzaba un poderoso dragón de fuego hacia Tobi.
El Mizukage no comprendió el por qué la chica le sugirió que usara su espada pero no le haría caso. Con un jutsu de tele trasportación evito a su dragón de fuego y comenzaron una batalla. Jutsus iban y venían, y para sorpresa de Tobii la mujer de cabellos lilas era realmente habilidosa, tanto que le recordaba a alguien que no veía desde hace mucho tiempo. Lo más curioso, aparte de las grandes destrezas de la Kunoichi eran sus ojos, ellos tenían un diseño realmente curioso… no eran orbes normales por lo que rápidamente concluyo que se trataba de un Kekkei Genkai.
- Te tengo… - murmuro la mujer mientras arrinconaba a Tobii contra un árbol.
- ¿Está segura? – la voz de otro Tobii se dejó escuchar tras ella, mientras un kunai se posaba sobre su cuello.
- ¿Cuándo? – mascullo viendo como lo que ella había capturado era un simple clon.
- ¿Crees que por ser guapo no soy poderoso? Jeje – bromeo para luego ponerse serio – Nunca en mi vida te he visto, no veo razones para que quieras matarme… dime quien te ha ordenado esto e iré a solucionarlo con tu jefe, perdonándote de esa manera la vida – le propuso, la verdad no deseaba hacerle daño a la muchacha, era bonita sobre todo por el color de su cabellera y más aun porque le recordaba a alguien, una buena amiga del pasado.
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- ¿Qué harías si tuvieras que pelear contra alguien que es importante para ti? – el cuestionamiento del pelinegro lo dejo helado, jamás se había hecho esa pregunta por lo cual no tenía clara una respuesta.
- ¿A qué viene eso, Vallo-san? – prefirió responder con otra pregunta, mientras trataba de buscar una respuesta inteligente, una frase que hiciera enorgullecer a su admirado sempai pero ciertamente no se le ocurría nada.
- Piénsalo, Tobii-san… piénsalo muy bien, encuentra la respuesta, atesórala y reza porque nunca llegue el día en que debas usarla – comento dedicándole una sonrisa amarga al joven de orbes violaceos, que en ese instante no se dio cuenta de la importancia que la pregunta tendría en un futuro no muy lejano.
- Ellos creen que debemos hacer lo que les plazcan, estúpidos ancianos ¿Acaso no pueden entregar su correspondencia ellos mismo? – se quejaba el chico mientras llegaba al borde de un frondoso bosque.
Tobi, nombre del Mizukage, ya había realizado la misión ahora se encontraba camino de regreso a su aldea sin embargo desde esa absurda petición había tenido un naciente y cada vez más grande presentimiento, un muy mal presentimiento. Con cada paso, con cada conjetura se daba cuenta de lo incoherente que era misión, sobretodo porque se pidio concretamente que fuese el Mizukage quien la ejecutara. ¿El traslado de un pergamino? Por más secreto que fuese ese pedazo de papel sin duda alguna no requería al ninja más poderoso de la aldea para ser enviado.
- Por lo menos hace un precioso día – musito, tratando de no pensar en la rara situación en la que se hallaba; quizás no era nada… quizás era mucho.
Con su pensamiento positivo se internó en el bosque. Toda esa a conglomeración de plantas fuesen hecho que cualquier civil en vez de atravesarlo lo rodeara pero para un ninja, uno de su status no era problema simplemente saltaría de rama en rama hasta salir como lo hizo en su camino días atrás.
Con salto y salto, se internaba más en el bosque sin percatarse de que en el cielo nubes negras se juntaban a una velocidad realmente increíble para tratarse de un evento natural. No habían pasado más de 5 minutos dentro del bosque cuando la lluvia dio inicio. Al principio las gotas no podían franquear los grandes doseles pero solo fue cuestión de tiempo para que pasaran hasta terminar en las hojarascas que formaban el suelo.
- ¿Lluvia? – se preguntó el shinobi mientras se detenía y extendía su mano con la palma abierta para que una gota cayera sobre esta – Y hace solo minutos había sol, seguro es el calentamiento global… - dijo como chiste para reírse un poco, sin embargo sabía bien que algo estaba pasando, algo se gestaba a su alrededor… por esa razón se detuvo pero no sintió a nadie – Tal vez solo este paranoico… - afirmo suspirando pesadamente para volver a su marcha.
Antes de que saltara a la rama más cercana el sonido de un kunai lo hizo agacharse para esquivarlo, el arma choco contra el árbol más cercano y exploto. Tobi dirigió su mirada hacia el lugar de dónde provino el ataque pero antes de poder hacer algún movimiento una hermosa joven de cabellos largos y de color lila se lanzó sobre él, golpeándolo en el estómago e inevitablemente enviándolo hasta el suelo. El pelimorado aterrizo con destreza, llevando una de sus manos hasta su estomagado producto del dolor.
- Te daré una pista… solo hay una forma en que puedas vivir un poco más… con las espadas… - dijo la fémina mientras formaba rápidamente sellos con sus manos y lanzaba un poderoso dragón de fuego hacia Tobi.
El Mizukage no comprendió el por qué la chica le sugirió que usara su espada pero no le haría caso. Con un jutsu de tele trasportación evito a su dragón de fuego y comenzaron una batalla. Jutsus iban y venían, y para sorpresa de Tobii la mujer de cabellos lilas era realmente habilidosa, tanto que le recordaba a alguien que no veía desde hace mucho tiempo. Lo más curioso, aparte de las grandes destrezas de la Kunoichi eran sus ojos, ellos tenían un diseño realmente curioso… no eran orbes normales por lo que rápidamente concluyo que se trataba de un Kekkei Genkai.
- Te tengo… - murmuro la mujer mientras arrinconaba a Tobii contra un árbol.
- ¿Está segura? – la voz de otro Tobii se dejó escuchar tras ella, mientras un kunai se posaba sobre su cuello.
- ¿Cuándo? – mascullo viendo como lo que ella había capturado era un simple clon.
- ¿Crees que por ser guapo no soy poderoso? Jeje – bromeo para luego ponerse serio – Nunca en mi vida te he visto, no veo razones para que quieras matarme… dime quien te ha ordenado esto e iré a solucionarlo con tu jefe, perdonándote de esa manera la vida – le propuso, la verdad no deseaba hacerle daño a la muchacha, era bonita sobre todo por el color de su cabellera y más aun porque le recordaba a alguien, una buena amiga del pasado.
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- ¿Qué harías si tuvieras que pelear contra alguien que es importante para ti? – el cuestionamiento del pelinegro lo dejo helado, jamás se había hecho esa pregunta por lo cual no tenía clara una respuesta.
- ¿A qué viene eso, Vallo-san? – prefirió responder con otra pregunta, mientras trataba de buscar una respuesta inteligente, una frase que hiciera enorgullecer a su admirado sempai pero ciertamente no se le ocurría nada.
- Piénsalo, Tobii-san… piénsalo muy bien, encuentra la respuesta, atesórala y reza porque nunca llegue el día en que debas usarla – comento dedicándole una sonrisa amarga al joven de orbes violaceos, que en ese instante no se dio cuenta de la importancia que la pregunta tendría en un futuro no muy lejano.
